lunes, 5 de febrero de 2007

Ya sabemos quien tiene que ganar.

El final del torneo de verano, en lo que a puntos se refiere, dice que fuimos más que Boca, que San Lorenzo y que Racing… menos que River… no necesariamente todo esto es así, aunque puede ser.

Con respecto a River y hablando del partido de anoche, hubo un justo campeón. River anoche fue más que Independiente. Un poco más. Un poco más incisivo, un poco más ordenado, un poco más claro… no mucho, pero lo suficiente como para marcar una diferencia.

Y dentro de ese panorama el equipo de Belgrano (no es de Núñez) tuvo un jugador desequilibrante: Fernando Belluschi. Así es, Belluschi constantemente se proyectó con criterio, fue peligroso, se hizo cargo de su equipo y, para redondear una buena noche, convirtió el gol con que River empató y se quedó con el torneo.

¿Y entonces?… ¿no hay nada más para decir?… sí que hay, obvio, porque la figura de Belluschi fue agigantándose gracias a una dupla ofensiva que lo acompañó desde el minuto cero: Mariano “Ni-embra” Closs y Fernando “Lobby feroz” Niembro.

Aclaro que lo de “Ofensiva” es porque ofendía el buen gusto escuchar a estos dos mamarrachos impresentables hablar de River en general y de Belluschi en particular como si se tratara de la quintaesencia de la excelencia futbolística, cuando en realidad era solo un equipo que superaba un poco a otro y que contaba con un jugador desequilibrante.

Pero no, los comentarios exaltados de la dupla cada vez que River tenía la pelota, del tipo “Ay los rivales de River! Ay los rivales de River si no salen a jugar con todo desde el primer momento!!”, “(A la segunda jugada de riesgo en el arco de Ustari) River estuvo a punto de convertir el 2-0, si, digo bien, porque las dos jugadas podrían haber terminado tranquilamente en gol!”, etc.

Y cada vez que el tocayo de Niembro dominaba la pelota… daba vergüenza ajena, realmente: “¡¡Qué extraordinario Belluschi!!”, “Cómo se nota que Gallardo lo tapaba a Belluschi, sin su presencia realmente estamos viendo a un jugador notable, impresionante!!”… parecía que en cuanto paraba la pelota, aunque estuviera a 60 metros del arco, había que dársela a algún jugador de Independiente para que sacara del mediocampo, el gol así parecía una cuestión inevitable e inexorable. Y así durante noventa y pico de minutos de partido y varios más en el entretiempo, y antes… y después del encuentro… fue mucho, realmente cansador, incluso supongo que para los hinchas de River. Es más, supongo que si pongo Fox Sports todavía deben estar hablando.

Incluso hablaron de que “Clavó” un tiro libre, cuando yo entiendo que clavar un tiro libre es lo que hizo Marioni frente a San Lorenzo, por ejemplo, no el de anoche, que se desvió en la barrera descolocando a Ustari.

Pero a pesar de todo esto que les cuento… hubo otro notable en la noche salteña… yo ya lo había dicho en este blog con dos artículos y varios de River me dijeron que no, que él tenía razón, que los perjudicaban, que, Grondona, que los árbitros, que… que… sinf…

Pero no, yo sabía de lo que hablaba. No solo sabía sino que también me di cuenta de que no se trataba de una mala tarde o de un comentario desafortunado…

Sí señores: Daniel Alberto Acuarela volvió a atacar. Y esta vez sí que lo hizo en grande, nada de mil declaraciones a media máquina. No, anoche puso todas las lágrimas al asador.

Al terminar el primer tiempo los jugadores de River le fueron a reclamar (en buenos términos en general) por la expulsión de Ponzio. Laverni, custodiado por policías, les hacía gestos a los jugadores de que se retiraran… nada anormal hasta que apareció el Dani Acuarela en escena empujando histéricamente a sus jugadores (temí que alguno reaccionara mal) y profirió una frase que hizo que me quedara con los pedacitos de morrón, jamón, y aceitunas de la tarta cayéndome de la boca abierta (símil Ramón Díaz) al plato, sin poder creer lo que escuchaba:


“¡¡VAMOS!!¡¡VAMOS!!YA ESTÁ, YA SABEMOS QUIÉN TIENE QUE GANAR!!”.

No podía creer que el Dani Acuarela se pusiera tan loco/a por un torneo de verano, por una expulsión justificada, por tan poca cosa.

Porque Dani, para qué llorás si… si ya sabemos quién tiene que ganar.

Shisus

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