lunes, 5 de febrero de 2007

Con una pequeña ayudita de mis amigos.

Hoy tengo el placer de presentarles este fabuloso escrito del amigo Pedrote, asiduo posteador de este blog.

La calidad del texto es incuestionable. Su increíble carisma y su escopeta de cacería calibre 16, aún humeante luego del disparo que agujereara el techo de mi vivienda, hicieron el resto. Igualmente es bastante razonable. Buen pibe. He aquí el artículo:

Estos días estuve recapacitando acerca de dos comentarios que los hinchas de Independiente escuchamos a diario, principalmente de parte de los hinchas del Ex - Racing Club de Avellaneda, hoy tristes partenaires de un empresario que anda haciendo apuestas a lo Cormillot en los distintos medios de comunicación.

El primero de estos comentarios es el que adjudica todo resultado positivo del ROJO a la mano mágica del Presidente de la AFA y ex–Presidente de Independiente, Julio Humberto Grondona.

El segundo, y aún más delirante todavía, es el que pone al ex–Racing Club como víctima de manejos siniestros y oscuros, orquestados por individuos, asociaciones, organizaciones públicas y privadas, a nivel nacional e internacional (hasta hay rumores que apuntan a que el Apollo 11 que llegó a la Luna en 1969 con un banderín de Independiente en el módulo lunar, tenía como objetivo secreto informar a seres de otras galaxias, de la marcha de los planes de destrucción de los archivos fílmicos del gol de Cárdenas al Celtic en Montevideo, en el mundo entero).

Ahora bien refutar el primer argumento es bastante sencillo, sólo hay que mirar los triunfos y hazañas del ROJO antes de la presidencia de JHG, y los ocurridos después de esta.
Si quieren hilar más fino, tomen los distintos campeonatos que se ganaron, y busquen los famosos partidos arreglados o sospechados de intervención arbitral, y compárenlos con los hechos oscuros de los distintos torneos obtenidos por los demás equipos durante el reinado de Julio I de Viamonte. Verán que el ROJO no está más sucio que cualquier otro equipo campeón, y hasta podrán ver que no hay nada raro en nuestros títulos.

Pero el problema es refutar el segundo. ¿Cómo demostrar que años y cientos de miles de palabras dichas y escritas, estaban injustificadas? ¿Cómo afirmar que la verdad de décadas es sólo una mentira más?.

Bueno para empezar me remito al título de uno de los libros de cuentos de ese gran escritor rosarino llamado Roberto Fontanarrosa: “EL MUNDO HA VIVIDO EQUIVOCADO”.
Y si, ELLOS, mejor dicho, han vivido equivocados.

Los más fanáticos hinchas del ROJO, a esta altura dirán “pero este que se cree, ¿qué descubrió la pólvora?”. Tranquilos muchachos, ahora vamos a ir comentando algunos hechos que nos dan la razón y que irremediablemente dan por tierra con este supuesto complot.

Para empezar tenemos que hablar del origen del ex–Racing Club. Se funda como resultado de la unión de dos clubes “que entendieron que ser chicos no era negocio, y se unieron para ser grandes”. El engendro resultante tomó su nombre de una revista francesa, y le copió los colores a Peñarol de Montevideo.

Hasta ahí nada raro, excepto que es club fue apadrinado por la oligarquía avellanedense, que lo tomó como un hijo más. Así empezó el crecimiento de esa institución, de la mano de los conservadores y sus patotas. Eran los tiempos en que Avellaneda tenía como Intendente a Alberto Barceló, quién fue nombrado por los socios del ex–Racing Club, como Presidente Honorario. Esta estrecha relación continuó durante décadas, ya con nuestro querido INDEPENDIENTE en aquellos pagos de Crucecita y demás. Las patotas y el lobby conservador actuaban por afuera de la competencia deportiva para evitar lo que se veía venir en Avellaneda: el auge de un club popular, de barrio, abierto a todos, y sin prejuicios elitistas.

Por momentos lograron frenar el avance de aquellos obreros que dirigían y pertenecían al Club Atlético Independiente. Pero no pudieron hacerlo por mucho tiempo. Canaveri, Orsi, Seoane, Ravaschino, etc, se llevaron por delante al Racing multicampeón del amateurismo, y empezaron a poner la historia en su lugar.

El final del amateurismo trajo el inicio de una oscura época deportiva para el ex–Racing Club. Estuvieron 18 años para ganar su primer título profesional. Pero un año antes nos dieron el Primer Abandono de la Historia.

Corría 1948 y peleaban el torneo los dos equipos de Avellaneda, ellos iban primeros hasta que una huelga de jugadores hizo suspender el campeonato. Los dirigentes decidieron continuarlo con los juveniles. Se jugaron dos fechas, ellos seguían punteros, nosotros detrás, y nos tuvimos que enfrentar. Ganamos, como tantas otras veces. Quedamos primeros. Ellos se retiraron. Hicieron algo de lo que Daniel Alberto Acuarela estaría orgulloso hoy: Dijeron que el campeonato no era serio. Claro después de perder la punta con nosotros.

Por esos años el país era gobernado por el peronismo, cuyo Ministro de Economía Ramon Cereijo era fanático del equipo minoritario de la ciudad. Todos sabemos que les hizo la cancha (en una época donde el cemento para construcciones escaseaba en Argentina), que los terrenos figuran a nombre de la municipalidad de Avellaneda, que les arregló el campeonato del ‘51 contra el humilde Banfield (hubo hasta sobornos); y así pudieron ser los primeros tri-campeones profesionales del futbol argentino.

Los años pasaron y después del año ‘67 (donde a pesar de ser Campeones del Mundo, fueron recibidos con un 4 a 0 por papá), empezó la falacia.

Siempre manos negras; siempre perjudicados (recordar el día de los 3 penales de Yazalde en el año 70) por el árbitro, por la AFA y hasta por el panchero que no llevaba mayonesa cuando le tocaba vender en el estadio del ex-Racing.

Distintos fracasos, y goleadas en contra, propinadas por el equipo mayoritario de la ciudad, además de que todo el periplo copero que realizamos en esas décadas fueron poniendo a los simpatizantes del ex–Racing Club a la defensiva.

Llegó 1981 y se produce por primera vez el descenso de uno de los llamados 5 grandes, San Lorenzo.

En la AFA ya estaba JHG, quien orquesta un revolucionario sistema de descenso llamado PROMEDIO. Cuyo fin no era otro que evitar futuros descensos de equipos grandes. Este remedio no alcanzó. En el año 83 River Plate estuvo a punto de descender, pero el PROMEDIO lo salvó. En cambió a nuestros vecinos, NO. Se fueron al descenso en diciembre del 83.

Con un sistema hecho a medida de los grandes descendieron igual, nada ni nadie los pudo salvar. Años en la B, años de amistades verdaderas, años de octogonales en cancha neutral.

Volvieron en el 85, no nos íbamos a librar tan fácil de ellos. Volvieron. Calladitos sin hacer ruido. Sin ganar campeonatos. Sin pelear cosas importantes. Hasta que llego 1995 ¡qué año por favor!.

Arrancaron con Maradona de DT, prometiendo un equipo con Caniggia, el mismísimo Diegote, y la mar en coche. Hubo elecciones, donde ganó Osvaldo Otero. Como olvidarme esa noche viendo en la tele como todos los candidatos de las distintas listas (el ex-marido de Graciela Alfano incluído) cantaban juntos, y anunciaban un Racing Campeón.

La cosa es que asumió Otero, y con apenas un subcampeonato, terminó su mandato en 1998. En el medio se peleó con su mano derecha Daniel Lalín (de quién las malas lenguas dicen que es hincha de INDEPENDIENTE, no sé, no lo puedo probar), que fue quién ganó las elecciones de 1998. Otra vez vi la misma imagen en la tele.

Sólo que esta vez Lalín introdujo un nuevo vocablo, que con el tiempo sería tan famoso como el “ta, ta, ta, ta“ de Víctor Hugo Morales. Este vocablo no era otro que “QUIEBRA”. Lalín iba a pedir la quiebra de Racing, para poder ordenarlo y sacarlo a flote. Pidió la quiebra, armó un equipo más o menos, salió tercero.

Las cosas estaban encaminadas pero llegó marzo, apareció Ripoll, y el sueño terminó.

¿Terminó? No, porque aparecieron los amigos de siempre, los que estuvieron velando siempre por el ex–Racing Club. Aparecieron diputados, senadores, hasta el Vicepresidente. Y entre todos armaron la ingeniería legal suficiente para evitar la desaparición.

Lo lograron pero nunca olvidaremos quienes lo vivimos, esas largas jornadas en el Congreso Nacional, no para resolver el desempleo, o el problema de la educación (con una carpa blanca afuera), sino para “Salvar a Racing”.

Ese fue el último tema significativo de la gestión menemista. Pasaron más años, y nuestro país volvió a tener un Presidente hincha de Racing. Se dice que se calienta cuando pierde, y que está encima de las novedades de su equipo. Se dice que con sus ministros futboleros el tema nunca pasa por alto. Desde una tribuna, el Presidente atacó al ex–Gerenciador Fernando Marín, por volver a utilizar una camiseta Rosa y Celeste durante el Clausura 2006.

Distintos funcionarios se han visto involucrados en varias gestiones para alivianar las presiones judiciales y policiales sobre varios hinchas del ex–Racing. Además uno de los banqueros más cercanos al actual gobierno, también fana de Racing, puso a su banco en el pecho de la camiseta.

Y la última que se dio a conocer es el proyecto de fideicomiso donde harán aportes el banquero y otras figuras políticas, para traer jugadores, ya armar un equipo para campeonar.

De esta manera las víctimas no son tales, amigos poderosos, favores y más favores recibidos.

Seguramente se me habrán olvidado muchas cosas, muchos datos, muchas pruebas. Este artículo sólo quiso poner en evidencia dos mentiras comunes del mundo del fútbol.
Espero que lo haya logrado.

Pedrote, especial para InfiernoRivales.


Notas de Shisus:

1- Carlos Paillot, presidente de Racing cuando se decidió hacer la cancha, era paralelamente funcionario de la Provincia de Buenos Aires en el área de salud.

2- Daniel Lalín dijo en un programa de televisión “Porque como yo soy hincha de Independient… de… de Racing, quiero decir…”.

3- Ya Racing, en tiempos de Lalín, tuvo una especie de “Bolsa de inversión” al estilo del Boca Jrs de Macri. Con distintos resultados: Solo se juntaron 500.000 dólares, no se pudo comprar a ningún jugador y Lalín quedó como uno de los principales reclamantes de dinero una vez decretada la quiebra.

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