lunes, 5 de febrero de 2007

Esta Boquita es mía.

Ojo, no es que me vaya a burlar de los pibes de Boca porque les hayamos ganado. No sería de hombres hacer eso.

Y esto teniendo en cuenta que no jugamos con el equipo titular, sino que jugaron pibes como Calello, Fredes y alguna cara nueva como Báez, etc. Y teniendo en cuenta también que algunos de los juveniles de Boca no eran debutantes sino que ya habían tenido la fantástica experiencia de fracasar en su club, como Franzoia por ejemplo.

Y hay que decir que fue un partido de estos devaluados torneos de verano, que sirven más que nada para que la televisión recaude, los técnicos prueben variantes y los médicos se diviertan arreglando jugadores rotos por las malas condiciones de los campos de juego.

Pero les ganamos. Y a falta de algo mejor bienvenido sea el partido de ayer.

Ya dije que no me voy a burlar de los juveniles de Boca… pero sí me puedo burlar de Boca. Y también me puedo burlar de su camiseta, de a ratos parecía que estábamos jugando contra la Bersuit Bergarabat. Son malos los de Nike: Promocionaban el buen juego mostrando el gol del Kun en el clásico del 4-0 (con Racing siendo sus clientes) y a Boca lo disfrazan de de Bananas en Pijamas.

En el Olé dicen que la empresa (me refiero a Nike, no a Racing) ya tiene listas la titular para el torneo y la suplente CON LOS COLORES INVERTIDOS. Ojo Boca, no te vayan a vestir de rosa también.

Y me puedo reir de Russo… Miguel Ángel Russo… Miguelito. Sinceramente lo veo como el técnico que pronto hará olvidar al racingueador La Volpe más bien a fuerza de penas que de glorias.

Porque este Boca ya no tiene aquello que lo hacía ganador de torneos locales e internacionales… no, no me estoy refiriendo a la billetera de Macri, esa “mística” todavía la tiene. Estoy hablando en el terreno puramente deportivo:

Porque ya Palermo no es ese que la metía hasta de casualidad (casi exclusivamente) y los “históricos” (ninguno nacido en el seno del club) están más preocupados por hacer quilombos para jugar que por jugar mismo. Por ejemplo Guillermo. Y ni hablar de que por eso ‘lo fueron’ a Delgado.

De los nuevos, Marino no puede convertirse en el conductor del equipo porque sufre de una hipotermia pectoral aguda que hasta escarcha el césped. Este tipo es tan pecho frío que puede hacer fracasar un comercial de anticongelante Bardhall. Al lado de él Giovanni Hernández puede parecerse a esos afiches de playas paradisíacas de las agencias de turismo. ¿Vieron que cuando se lesiona Marino no le ponen hielo? Fíjense.

Aparte, no se si notaron esa urgencia de algunos jugadores por irse del club: Abondanzieri al ¿Getafe?… bue, alguno podrá decir que es un arquero de años ya y quería hacer su experiencia europea. Pongámosle que es así. ¿Y Gago?… hace rato que no veo un jugador tan desesperado por irse de un club… ¡¡¡pagó (sí, el jugador) tres millones de euros para irse!!!. ¿Cuál era su apuro?… es joven, fachero (en este futbol hípertelevisado cuenta ¿no, Beckham?), juega bien, estaba en un club que funcionaba como vidriera, ganaba buena guita y podía llegar a ganar más… tenía todo para tomárselo con soda, pero no, parece que el burbujeante ”Futbol Champagne” pudo más que todo eso.

¡¡Una locura!!… o… a ver… ¿una locura?… ya no estoy tan seguro. Gago bien pudo haber pensado “¿Y si me hacen lo que le hicieron al ‘Pocho’?”. Recordemos: Insúa eligió irse a Boca desde el Rojo (Pocho, yo te perdono, cualquiera se equivoca). Pobre Insúa, pensó que todos los hinchas aman a sus jugadores como los de Independiente a él. Craso error: por dos millones de dólares (Boca nos lo compró a tres, lo vendió a cinco) hicieron lo imposible para venderlo, pese a sus súplicas. Y lo vendieron… y lo reemplazaron por Marino. Humillante.

Y hoy en día Gago pasea su vincha y su futbol por los campos de juego de una de las mejores ligas europeas… y lo bien que hace.

Así las cosas, auguro un año… no negro, pero sí bastante gris para los Xeneises.

Shisus

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