jueves, 15 de febrero de 2007

Compraron para volver.

Silvio Dalman fue presidente de Atlanta entre 1984 y 1985. Precisamente en 1985 su club peleaba el ascenso a primera, no había logrado salir campeón pero sí clasificado para el octogonal. Ya sabemos quienes lograron mediante este método el ascenso en ese año: Racing Club.







Pero… ¿Racing ganó en buena ley su pasaporte a la máxima categoría del fútbol argentino?... no. Veamos (siempre según las palabras de Dalman) qué fue lo que sucedió:


1-Las expectativas y deducciones sobre ese torneo.

Es sabido que la dirección de este deporte es para vivos con experiencia. Tenés que estar atento a todos los detalles. Y el tema de los árbitros siempre fue un tema urticante, como también en otra época lo fue el de los estimulantes. Cuando analizamos a principios del 85 el campeonato que nos tocaba, preveíamos que Racing tenía la obligación de ganar el campeonato y a eso se iban a jugar, y que era difícil que estuviera más de dos años en la B (NdR: la entidad de Avellaneda había descendido por primera y única vez en la historia en 1983). Entonces, con los pies sobre la tierra, la intención era clasificar para el octogonal y ahí ver hasta dónde se podía llegar. Nuestros rivales eran Rosario Central, Quilmes, Lanús y algún tapado.


2-La realidad de Atlanta en ese momento clave.

Hablé con Juan Carlos Lorenzo y él me sugirió que junto con D´Accorso en el rol de DT trajera como ayudante a Eduardo Lasa (NdR: en 1987/88 fue DT titular de Atlanta), que ya habia trabajado con él en Atlanta cuando logramos el ascenso en 1983. Este tema era determinante porque yo conocía muy bien los contactos de Lasa. O sea que, armando un buen equipo más alguna ayuda extra que podíamos recibir, estábamos para pelear arriba.





3-Todo turbio.


Insólitamente Juan Destéfano, que era vicepresidente de Racing, salió con los botines de punta a decir que la AFA era una cueva de ratas, que los referees se arreglaban a dedo y no recuerdo cuántas cosas más; todas verdades pero siempre es bueno que las diga tu enemigo. Nosotros durante el año habíamos establecido una relativa amistad con Teodoro Nitti, que era el secretario de la Asociación Argentina de Árbitros y trabajaba en Casfpi, donde ahora está el Ministerio de Trabajo, sobre la avenida Leandro N. Alem. Realizábamos charlas constantes en dicho edificio con él, Diman y otros árbitros que también trabajaban ahí; uno recuerdo que era Borelli, que nos dirigió varias veces. Ojo, por supuesto pedíamos que nos favorecieran pero si lo hacían en alguna jugada era por simpatía y no por otra cosa. Eso sí, los lunes sabíamos quién nos iba a tocar en el sorteo del viernes y por lo general nos dirigían siempre los mismos tres o cuatro árbitros.Era una buena combinación Lasa-Nitti.


4-Acá empieza la milonga.

Este último nos contó que Racing estaba tratando de presionar por todos lados y fundamentalmente desde la Secretaría de Deporte, que en ese momento estaba encabezada por Osvaldo Otero, quien fue luego presidente de Racing. Sabíamos que era una patriada difícil.El primer partido del octogonal fue con Lanús en cancha de Ferro y a pesar de ganar 2 a 0 vemos cómo el referee (NdR: Jorge Borrelli) dejó pegar demasiado, lo cual quedó reflejado en todos los medios de difusión al día siguiente. El partido revancha se llevó a cabo en la cancha de Boca y a los pocos minutos vamos ganando 1 a 0 e insólitamente unos minutos después de nuestro gol el referee (NdR: Luis Pasturenzi) expulsó al N° 3, Alfredo Videla, por hacer tiempo y nos empezóa a cobrar todo en contra. Entonces yo fui al vestuario en el intervalo, hablé con el árbitro y lo amenacé con sacar a la palestra cómo nos benefició ese mismo año en un partido que jugamos contra Defensores de Belgrano (NdR: según los archivos de Sentimiento Bohemio, los dos triunfos de ese año ante Defensores fueron arbitrados por Gelay y Carlos González; Pasturenzi no había dirigido antes al Bohemio en esa temporada), y le dije que tenía grabada la conversación donde él me había dicho que mucho en contra del equipo de De Luca no se podía hacer pero iba a ser severo en las amonestaciones y si había alguna jugada dudosa que podía pasar por alto lo hacía. En el segundo tiempo fue una joyita (NdR: expulsó a un hombre más de Atlanta, el uruguayo Eber Bueno, y a dos de Lanús, que ganó 2 a 1 pero quedó eliminado), pero el lunes tenía a Nitti y Lasa que me querían matar cada uno con una razón distinta, uno por haber prepoteado al referee sin saber qué le había dicho y el otro porque rompí códigos.


5-Luego...


Llegó la semifinal con San Miguel y nos enteramos de que Racing realizaba contactos para dejarnos a nosotros en el camino con la misma gente de San Miguel e incluso después supimos que le ofrecieron la recaudación íntegra de las dos finales si nos sacaban del medio. El primer partido fue una masacre, terminamos 0 a 0 pero fue increíble lo que pegaron ante la pasividad del juez (NdR: Abel Pérez). Ahí es cuando pusimos el grito en el cielo al final del partido y los referees tomaron la medida de negarse a dirigir hasta que nos retractáramos. Yo no tenía ninguna intención de hacerlo y el partido revancha se suspendió (NdR: en lugar del 14 de diciembre, se jugó el 17). Nosotros sólo teníamos que esperar que los árbitros revieran la situación y que nos garantizaran ecuanimidad. Me llamaron Julio Grondona y De Luca, que estaban en México con el sorteo del fixture del Mundial 1986, y me pidieron que tratáramos de hallar una solución que no dejara mal parado a los referees, que habían tomado una actitud errada.



6-La cosa se solucionó y…

Lasa nos dijo que tenía todo cocinado para el partido revancha y que nos teníamos que preocupar sólo por el tema de jugar bien. Ganamos 3 a 0. Y llegamos a la final. El primer tema es el estadio donde se jugaría. Estábamos almorzando en el restaurante "La Raya" de Constitución con todo el equipo de fútbol pues concentraban en el Constitución Palace, y apareció a comer Menotti. Con Victorio nos acercamos a saludar y él, entre otras cosas, nos sugirió que jugáramos los dos partidos en la cancha de Independiente porque el equipo de Racing iba a sentir mucho la presión y nos iban a alentar mucho los del Rojo. Reconozco que esa idea nos fascinaba pero no tuvimos huevos para llevarla a la práctica. Y decidimos jugar los dos partidos en River. Segundo tema, y el más importante: el referee (NdR: la primera final, el sábado 21 de diciembre, fue dirigida por Juan Carlos Biscay, y la segunda, el viernes 27, por Carlos Mastrángelo). Lasa nos pidió 40.000 dólares. A los que manejábamos estos temas en la CD nos pareció un disparate porque era 10 veces más de lo que habitualmente se manejaba, pero al final yo decidí poner el dinero y pedir las garantías del caso. Entonces pactamos que iba a saludar al referee al vestuario y la contraseña era que si era de noche me diría: "Buenas tardes", y si era de tarde me diría: "Buenas noches". Esta contraseña la inventé yo. Cuando llegué al estadio de River, tres horas antes del partido en mi coche y con el tesorero Horacio López, dejamos el vehículo en el estacionamiento interno de la cancha, y del coche que estacionó al lado bajó Biscay, me vio y me saludó: "Buenas noches". Eran las 18.30 del 22 de diciembre y era de día totalmente. Fuimos con López a la confitería Del Águila frente al estadio con el paquete y volvimos saboreando nuestra viveza e incluso acompañamos a Lasa a la casa, pues vivía en el barrio River y ya empezaba a haber mucha gente en la calle. Por supuesto comentamos con un grupo selecto lo que sucedió y nos vamos a disfrutar el partido.


7-Ya se notan los arreglos.

Desgraciadamente dentro de la cancha el referee nos jugó en contra con el agravante de que Gette jugó "su" partido en forma horrible. De esto último me di cuenta cuando junto a Victorio y el Ruso Ribolzi (NdR: ayudante de campo) vimos el video en el hotel y ellos me mostraban los errores de nuestro defensor (NdR: Gette fue sustituido a los 26' ST, luego del tercer gol racinguista, por Máximo Nardoni). Desgraciadamente recuperamos el dinero y quedamos convencidos de que habíamos perdido la batalla. Yo estaba muerto y sin ánimo en pensar en la revancha, lo que también fue un error. El segundo partido fue una formalidad y queda en la historia del futbol argentino el penal no cobrado más grande cometido en una cancha. Pero no se podía hacer más nada (NdR: terminó 1-1 y ascendió Racing, pero de haber ganado el Bohemio por cualquier marcador hubiera habido tercer partido).


8-Se aclara todo el asunto.

Unos días después, charlando con De Luca en la AFA, me dijo: "Vos no podías ilusionarte con ganar esos partidos". Antes de la revancha fui a ver a Grondona con todos los recortes de los diarios donde hablaban de lo mal que había dirigido Biscay y me contestó: "Basta de protestar contra los árbitros, me tenés saturado con ese tema", se levantó y se fue. Seis meses más tarde me encontré en un restaurante de la calle Córdoba con Tadeo, ya ninguno de los dos éramos presidentes ni de Racing ni de Atlanta, y charlando, ante mi pregunta, me confesó que no sabía exacto cuánto les costó el referee porque lo manejó De Stéfano con plata de su bolsillo, pero que creía que fueron entre 40.000 y 50.000 dólares, que para el segundo partido no pusieron un mango (casi me mato) y que nosotros estuvimos dormidos con Gette, que ellos ya lo habían tocado en el partido que jugamos por la segunda rueda en cancha de ellos. Al ir a mirar los recortes de diarios de esa época me doy cuenta de que ya para ese partido había sido un desastre. Estábamos luchando contra molinos de viento; hay un detalle que lo marca todo. El partido no se televisó porque la oferta que nos hicieron era ridícula, pero igual pusieron las cámaras de televisión y lo transmitieron por el programa de Bernardo Neustadt, que era fana de Racing. Yo estaba a los gritos que no se debía transmitir y me decían que lo filmaban para pasar por diferido (lo cual era mentira). La Razón sacó un suplemento de más de diez páginas dedicado a Racing al día siguiente de su coronación. Para mí fue una gran frustración no haber logrado el ascenso y estuve yendo más de un año al psicólogo por ese tema; creo que podíamos haber ensuciado la cancha cuando los referees se negaron a dirigir a Atlanta, pero no había mucho más para hacer: el segundo ascenso ya estaba definido antes de jugar el partido.


9-Listo el pollo:

Con relación a Cocco, junto a Ribolzi y el profesor López formaron un equipo de trabajo espectacular, muy profesional. Yo participé de las charlas técnicas, de la arenga a los jugadores, y realmente dejó el alma para ganar esos partidos. Incluso él me insistió mucho para que tratáramos de llegar al referee en el segundo partido y yo lo descarté. Por todo eso me río cuando dicen que fue a menos, solamente gente que no estaba en el manejo del tema pudo haber dicho disparates iguales.

Posiblemente hay cosas de las que comenté que no se cuentan porque uno no tiene las pruebas de todo lo que dice, pero creo que mis hijos, que también son enfermos de Atlanta, se merecen que yo cuente todo lo que pasó sin ocultar nada. Para que todo el mundo de Atlanta sepa la verdad de lo que pasó.


10-Nota de Shisus: Este reportaje no lo hice yo (los comentarios míos que incluyo son a modo orientativo del fragmento que sigue). La nota la hizo Gastón Gelblung con la colaboración de Gabriel Imas para la página www.sentimientobohemio.com.ar



Gracias a akai oni por haberme alcanzado el material.



Shisus (Gracias a Dios soy del Diablo, jejeje).